Sexto día: ENTREGA DE SÍ MISMO

Imagen principal de la publicación

Sexto día: ENTREGA DE SÍ MISMO

Hoy oremos para que reconozcamos que sin Dios no somos nada,  ni nada podemos. Pidamos por la intercesión de San José que reconozcamos nuestra debilidad en presencia del amor de Dios y percibamos su divina grandeza.

El amor de San José se manifiesta con su pronta y permanente respuesta a Dios. San José entregó totalmente  su corazón al Señor, y eso lo percibimos en su admirable adhesión a los designios divinos.

¡Amén! 


Meditación

A través de la historia de la Iglesia, los Santos Pontífices, han reconocido la importancia de San José en el misterio de Salvación de Dios. El Papa Pío IX, en 1870 lo declaró el Patrono de la Iglesia Católica.

«San José fue el guardián, el administrador y el legítimo y natural defensor de la casa divina de la que él era la cabeza. Fue así, natural y muy digno de San José que, apoyó en todas las necesidades de la Familia de Nazaret que envolvió en su santa protección, ahora lo cubre con su patrocinio celestial y defiende la Iglesia de Jesucristo.» – 1889, Papa León XIII - Quamquam Pluries


100 años después, el Papa Juan Pablo II exhorta a la Iglesia, a mirar a San José:

"San José ha sido llamado por Dios para servir directamente a Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente "ministro de la salvación" [21]. Su paternidad se ha expresado concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio, al misterio de la encarnación y a la misión redentora que está unida a él; al haber hecho uso de la autoridad legal, que le correspondía sobre la Sagrada Familia, para hacerle don total de sí, de su vida y de su trabajo; al haber convertido su vocación humana al amor doméstico con la oblación sobrehumana de sí, de su corazón y de toda capacidad, en el amor puesto al servicio del Mesías, que crece en su casa." – 1989, Papa San Juan Pablo II - Guardián del Redentor


Oración Final

¡Oh, benignísimo Jesús! así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente nos concedas mucha prudencia y acierto en nuestras dudas y en las angustias de la vida, para que siempre acertemos guiados por tu santísima voluntad. 

¡Amén!


  • ¡Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía!
  • ¡Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía!
  • ¡Jesús, José y María, a su lado descanse en paz el alma mía!


« Dios te Salve, José »

¡Dios te salve, José, esposo de María, lleno de gracia!  Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

¡Amén!

Oración de la comunidad

Oración a San José

¡Oh, Dios! que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues venerándole como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. ¡Oh, Dios! que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amén!

¡Gracias! 2930 personas oraron

93 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

Novena a San José para solteros y casados

Me inscribo