Quinto día: CONFIANZA.

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Quinto día: CONFIANZA

Hoy oramos para que cada día nos asemejemos un poco más a San José, en aceptar la Voluntad de Dios en nuestras propias vidas. Oremos por claridad en nuestro discernimiento. Y oremos para que obtengamos la misma confianza con la que San José aceptó la Voluntad de Dios.

Cuando un ángel se acercó a José y le contó acerca de María y el niño que ella llevaba, José tomó a María como su esposa. Lo hizo sin ninguna duda, o vacilación. Él conocía la voluntad de Dios para él, y eligió aceptarla y vivir para la gloria de Jesucristo. José no defraudó a Dios que había depositado en él su confianza. Jesús recibió de modo especial los cuidados de José. Él era su padre ante la ley y fue quien le transmitió su idioma, su cultura, su oficio, sus valores. 

La confianza que Dios deposita en José pone de manifiesto hasta qué punto Dios valora al hombre. Somos ciertamente muy poca cosa, nos cuesta reconocerlo al contemplar la fragilidad e imperfección humanas. 

¡San José, tú fuiste justo y cumpliste tu misión calladamente. Dios siempre puede contar contigo! Te pedimos que intercedas ante Dios para que obtengamos la gracia de una fe similar a la tuya cuando cuidabas de Jesús y de María; una fe que nos haga más responsables ante Dios.

¡Amén! 


Meditación

San José, a lo largo de toda la historia, ha sido muy venerado por grandes santos y por personas humildes. San Bernardo de Siena, quien tuvo una fuerte devoción hacia San José escribió de este:

Fue elegido por el Padre eterno como el guardián confiable y protector de sus más grandes tesoros, a saber, su Hijo divino y María, la esposa de José. Él llevó a cabo esta vocación con total fidelidad hasta que finalmente Dios lo llamó, diciendo: «Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor» 


Santa Teresa de Ávila, en su Vida escribió:

Tomé a San José como mi abogado y protector, y me encomendé muy seriamente a él. Él vino en mi ayuda de la manera más visible.

Estoy asombrada de los grandes favores que Dios me ha otorgado a través de este bendito santo y de los peligros de los que me ha liberado, tanto en cuerpo como en alma.


Oración Final

¡Oh, benignísimo Jesús! así como tu padre amado te sustentó en Nazaret, y a cambio tú le premiaste con tu Santísima Compañía tantos años, con tu doctrina y tu dulce conversación, así te rogamos humildemente, que por intercesión de San José nos concedas el sustento espiritual de tu Gracia, y de tu Santa Comunión, y que vivamos santa y modestamente, como tú en Nazaret. 

¡Amén!


  • ¡Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía!
  • ¡Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía!
  • ¡Jesús, José y María, a su lado descanse en paz el alma mía!


« Dios te Salve, José »

¡Dios te salve, José, esposo de María, lleno de gracia!  Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. 

¡Amén!

Oración de la comunidad

Oración a San José

¡Oh, Dios! que con inefable providencia te dignaste escoger al bienaventurado José por Esposo de tu Madre Santísima; concédenos que, pues venerándole como protector en la tierra, merezcamos tenerle como protector en los cielos. ¡Oh, Dios! que vives y reinas por los siglos de los siglos. ¡Amén!

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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