Cuarto día: CARIDAD
Cuarto día: CARIDAD
Hoy oramos por la protección de las familias, para que todas nuestras familias crezcan en santidad, y que su amor y su fe se multipliquen en cada generación.
La devoción a San José ha sido ligada a la acción caritativa y hablar de San José equivale a hablar de caridad. Bien sabemos que la vida de San José fue un continuo servicio a los demás.
Vivir la caridad en todas sus dimensiones es tarea ardua, porque buscamos lo cómodo, lo fácil y que no exige mucho sacrificio, ante la creencia de que ya hacemos bastante por Dios y por las almas; por eso conviene hacer actos de humildad reconociendo nuestras caídas y miserias.
¡San José, tú que fuiste para la Sagrada Familia fuente de alegría, consuelo de llantos y tristezas! llena mi alma con la claridad divina para ser más caritativo con los demás ¡Acompañame, San José en todos los caminos de mi vida para que yo cumpla la misión que el Padre tiene preparado para mi!
¡Amén!
Meditación
San José aceptó su misión, y la cumplió al cien por ciento. Esa misión era ser el padre de Jesús y esposo de María, y como consecuencia, vivir en las “sombras”. Ese vivir en las “sombras” forjó en él varias virtudes: humildad, servicio, trabajo, caridad, fe y entrega a la misión. Tal vez por ello, a lo largo de la historia de la iglesia, se le considera el patrón de las familias.
San José fue un padre de familia humilde; reconoció que su papel era el de guiar, encaminar y ser modelo de vida para su hijo: Jesús.
Un padre de familia debe saber que los hijos no son de su propiedad, que no debe trabajar para ellos ni vivir para ellos, sino que debe vivir siendo el mejor ejemplo de vida que su familia pueda tener.
Esa es la humildad en la paternidad, saber que no se es dueño, sino ejemplo.
San José se identificaba con todas las formas de hacer caridad y así lo atestiguan los siguientes versos, que datan de 1604:
"Pasa sus verdes y floridos años
en oración y abstinencia;
cual Abraham hospeda a los extraños,
hartando a los hambrientos su clemencia
y remediando los secretos daños
con dinero, consejos y prudencia;
es padre del pupilo y viuda triste;
cura al enfermo y al desnudo asiste.
Ya visita los pobres hospitales,
puerto seguro para entrar al Cielo
y, haciendo propios los ajenos males,
de todos es universal consuelo;
las cárceles con manos liberales
gozoso alegra en tanto desconsuelo,
y en las misericordias de Tobías,
contento pasa sus lozanos días."
José de Valdivieso
Oración Final
¡Oh, benignísimo Jesús! así como elegiste a tu amado padre para ser el protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, nos ayudes a ser verdaderos católicos, que testimoniemos sin temor nuestra fe católica, y que los enemigos jamás pueda ni aterrarnos con persecuciones, ni seducirnos con engaños.
¡Amén!
- ¡Jesús, José y María, les doy el corazón y el alma mía!
- ¡Jesús, José y María, asístanme en mi última agonía!
- ¡Jesús, José y María, a su lado descanse en paz el alma mía!
« Dios te Salve, José »
¡Dios te salve, José, esposo de María, lleno de gracia! Jesús y su Madre están contigo: bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el Hijo de María. San José, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
¡Amén!
¡Gracias! 3213 personas oraron
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6