En el Evangelio de hoy Jesús nos habla del juicio final. No debemos olvidar que sus palabras son espíritu y vida. Jesús vino para darnos vida en abundancia y para enseñarnos el camino para alcanzar la plena felicidad. Para vivir como Hijos de Dios y por tanto, como hermanos, unos de otros. 

Jesús nos revela el secreto para heredar el Reino. Un Reino que ha estado preparado para nosotros desde la creación del mundo: Dar de comer al que tiene hambre, dar de beber al que tiene sed, acoger al extranjero, vestir al desnudo, visitar al prisionero y al enfermo. Y nos da una clave muy bonita para poder vivirlo, nos dice: "en cada ambriento, sediento, extranjero, desnudo y prisionero estoy yo" búscarme en ellos y me encontrarás. 

La cuaresma es un tiempo para mirar a nuestro alrededor y ver a esos hombres y mujeres que necesitan de nosotros. No sólo materialmente, también en quellos a lo que podamos darles tiempo y escucha. Si has hecho la experiencia de salir al paso de alguien necesitado, sin duda habrás experimentado que hay mucha más alegría en dar que en recibir. A veces en el momento nos cuesta dar el paso, estamos distraídos con nuestras propias cosas. Liberarnos de algunas de ellas para estar más ligeros nos hará mucho bien. 

Clave para el camino: Puede ser bueno que esta semana intentes no cargar tu agenda al 100% y dejar algunos espacios en los que puedas salir al paso de gente que te necesite. 

¡BUEN CAMINO HACIA LA PASCUA!