DÍA SÉPTIMO

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Por la Señal de la Santa Cruz...

En el Nombre del Padre...

Acto de Contrición

Oración preparatoria

Corazón Amabilísimo de Jesús, que por la abundancia de tu benignísima Misericordia, y para manifestación más sensible del inmenso Amor, con que miras a los corazones humanos, deseando dilatar el Reino de tu Amor, y penetrar a todos de las más vivas llamas de aquel Fuego Divino, que viniste a encender en el mundo, enviaste a él en estos últimos siglos, en que lastimosamente se ve resfriada la devoción de muchos, al dulcísimo San Francisco de Sales, nuevo Vaso de elección, en cuyo pecho depositaste con tanta largueza los tesoros de tu Luz y Amor, previniéndolo con tan copiosas bendiciones de dulzura, para que hecho todo para todos, mostrase a toda suerte de gentes el camino llano y seguro de la perfecta virtud cristiana: concédenos, Deífico Corazón, que embriagados con la Dulzura de tu Amor, protegidos de los altos méritos de este tu escogido Siervo, e instruidos con sus celestiales avisos, conozcamos la vanidad de cuanto el mundo estima para despreciarla; la fealdad del pecado, para aborrecerla; la preciosidad de tu Gracia, para conservarla a toda costa; la grandeza y verdadera Hermosura de tu Ser Divino, para amaros con todas las facultades de nuestras almas, y la suavidad apetecible del Yugo de tu Divina Ley, para que rindamos gustosos nuestra cerviz a tan dichosa servidumbre, y abracemos con todo el conato de nuestro corazón la ligera carga de tus Mandamientos, todos Amor, Dulzura y verdadera Libertad. Compadeceos poderosísimo Corazón de tantas almas, que deslumbradas con los errados dictámenes del ciego y vano mundo, atraídas de los venenosos silbos de la antigua serpiente, y presas en los dorados lazos de los fugitivos placeres de los sentidos, incautamente duermen en una falsa seguridad con lastimoso peligro de su salvación.

Mirad, Corazón Clementísimo, que por ellas padeciste congojas y agonías en el Huerto, y terribles desamparos en la Cruz, y que su amor os obligó a que quedaras Sacramentado, haciéndonos compañía hasta el fin del mundo: no se frustren, Señor, tan preciosos trabajos y tan amorosos excesos. Atended también á los fervorosos esmeros con que os sirvieron y desearon los desagravios más cumplidos de vuestro Sagrado Honor los Purísimos Corazones de María y José, y por la complacencia que tuviste en los méritos suyos, olvidad los deméritos nuestros. Mirad juntamente el amor tan fino con que siempre buscó únicamente tu mayor Gloria el seráfico corazón de San Francisco de Sales: acordaos, Señor, de él, y de toda su mansedumbre, y dulzura de caridad, con que llorando las ofensas vuestras, se deshacía por ganaros almas, y dilatar el Reino Sacrosanto de tu Amor: Venga, pues, a nosotros ese tu Reino, y sea arrojado fuera de las almas el Príncipe de las tinieblas, que las tiraniza, alúmbrelas siempre tu Luz, apodérese de todos los corazones tu Amor, anímelos tu Gracia, para que eternamente cantemos tus Misericordias en la Gloria. Amén.

Oración del Día Séptimo

Rectísimo San Francisco de Sales, que deseando justamente dar a Dios lo que es de Dios, querías que todas las acciones, aun las más menudas, desde por la mañana hasta la noche sirvan de materia al Amor Sagrado, ordenando tu intención en general, y en particular a la única Gloria del Señor: alcánzanos del Corazón de Jesús, que sea su Amor el primer móvil de todas nuestras acciones, y el único término de todas nuestras ansias y solicitudes, y la gracia que con esta misma intención de sola su Gloria deseamos. Amén.

Ahora pide cada uno al Santo, la merced o gracia que necesita.

Antífona

Sacerdos, Pontifex et Virtutum Opifex, Pastor bone in populo, ora pro nobis, Dominum.
V. Amavit eum Dominus et ornavit eum.
R. Stolam Gloriae induit eum.

Oratio:

(El original está en latín, pero si se desea rezar en español, véase al final de las Letanías en el enlace principal de la Novena)

Oremus:

Deus, qui ad animarum salutem Beatum Franciscum, Confessorem tuum, atque Pontificem, omnibus omnia factum esse voluisti: concede propitius, ut Charitatis tuae Dulcedine perfusi, eius dirigentibus monitis, ac sufragantibus meritis Aeterna Gaudia consequamur. Per Dominum nostrum Iesum Christum, Filium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus, per omnia saecula saeculorum. Amen.

Gozos

Pues derramó en tí el Señor de su Amor dulces raudales, alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Noble, hermoso, docto, Santo, y predicador famoso, de los herejes espanto, Doctor y Obispo celoso, Fundador y Director: ¡Qué pocos a ti habrá iguales! Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Voto de Virginidad en las aras de María hiciste de tierna edad, y en las mismas la alegría consiguió tu corazón después de angustias mortales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor. 

Setenta y dos mil herejes, joven aún, has convertido, Ginebra gime el que dejes a su Beza convencido; por tí la Cruz del Señor logra triunfos inmortales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Nunca Francia más dichosa fue, ni Saboya se vió con devoción tan copiosa que el tiempo que la ilustró tu luz, cual hermoso sol, que desterraba sus males. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Juan con clamores divinos, en el desierto hizo llanos para el Señor los caminos; tú en los pueblos más profanos, los caminos del Señor, haces a todos usuales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Del Amor de Dios sois sal, tu alma paloma sin hiel, tu boca suave panal, tus palabras dulce miel, tu espíritu luz y ardor, y tus consejos mil sales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Con tan dulce suavidad al pecador recibías, que deshecho en caridad, por él lágrimas vertías, y él viendo tu compasión, reconocía sus males. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Robador de corazones te llamaron, no me espanto, pues tus dulces expresiones eran tan suave encanto, que el más obstinado error se rendía a flechas tales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Tus escritos son testigos de que eras etna amoroso, que exhalabas incentivos ardores del fervoroso fuego, que en tu corazón ardió en llamas celestiales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

La Visitación mantiene, de tu espíritu heredados, los fervores con que tiene por el orbe dilatados del Deífico Corazón, los cultos más especiales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Si participan blancura las liebres de andar por nieve, ¡Qué santa (decías), qué pura se hará el alma que a Dios llegue! La frecuente Comunión das por remedio de males. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

Aunque yo explicar quisiera el amor tan señalado, la Devoción verdadera con que tú amaste al Sagrado Corazón del Salvador, no hallará voces iguales. Alcánzanos, de Dios, Sales, la dulzura de su Amor.

En la Gloria ya Triunfante entre Serafines vives, donde, de perfecto amante, laurel inmortal recibes, pues tanto amaste al Señor, y allá con Él tanto vales. Alcánzanos, de Dios, la dulzura de su Amor. 

Amén.

Oración de la comunidad

LETANÍAS A SAN FRANCISCO DE SALES

Señor, ten misericordia de nosotros. (se repite) Cristo, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Dios, Padre Celestial, ten misericordia de nosotros. Dios, Hijo Redentor del mundo, ten misericordia nosotros. Dios, Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros. Trinidad Santa, Un Sólo Dios, ten misericordia de nosotros. San Francisco, Pontífice admirable, ruega por nosotros (*) San Francisco, bien amado de Dios * San Francisco, imitador de Jesucristo * San Francisco, repleto de los Dones del Señor * San Francisco, favorito de la Madre de Dios * San Francisco, devotísimo de los Santos * San Francisco, todo abrasado de amor por la Cruz del Salvador * San Francisco, unidísimo a la Divina Voluntad * San Francisco, vaso de elección * San Francisco, luz de la Iglesia * San Francisco, completo modelo de religión * San Francisco, fuente de sabiduría * San Francisco, defensor de la Fe Católica * San Francisco, buen pastor de tu pueblo * San Francisco, predicador incomparable * San Francisco, azote de la herejía * San Francisco, sal de la tierra * San Francisco, modelo de justicia * San Francisco, espejo de humildad * San Francisco, amigo de la pobreza * San Francisco, ideal de dulzura * San Francisco, despreciador del mundo * San Francisco, triunfador de las pasiones de la carne * San Francisco, terror de los demonios * San Francisco, misericordioso sostén de los penitentes * San Francisco, refugio de los pecadores * San Francisco, providencia de los pobres * San Francisco, consolador de los afligidos * San Francisco, ejemplo de perfección * San Francisco, arca de santidad * San Francisco, imitador de la pureza de los Ángeles * San Francisco, querubín por la sabiduría * San Francisco, serafín por el amor * San Francisco, nuestro santo patriarca * San Francisco, nuestra dulce luz * San Francisco, nuestro poderoso protector * San Francisco, nuestro guía en los caminos de Dios * San Francisco, nuestro refugio * San Francisco, émulo de los Ángeles * San Francisco, imitador de los Apóstoles * San Francisco, asociado a la gloria de los Mártires * San Francisco, gloria de los Santos Confesores * San Francisco, doctor y director de Vírgenes * San Francisco, conciudadano glorioso de todos los Santos * Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros Ruega por nosotros, San Francisco de Sales. Para que seamos dignos de alcanzar las Promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Oremos: Oh Dios, que quisiste que Tu Bienaventurado Confesor y Pontífice Francisco, se hiciera todo a todos para la salvación de las almas, propaga en nuestros corazones la dulzura de Tu Caridad y haz, por Tu Gracia, que bajo la dirección de este gran santo y bajo la protección de sus méritos, seamos dignos de los Gozos Eternos. Por Nuestro Señor Jesucristo, Tu Hijo, que contigo vive y reina en la Unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

¡Gracias! 10 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a San Francisco de Sales

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