Octavo día: Los milagros de la Virgen de Guadalupe.

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Los milagros de la Virgen de Guadalupe.

Acto de Contrición

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a tiempo, ofrezco cuanto se requiere para reparar mis pecados, y confío por vuestra bondad y misericordia infinita que me perdonaréis y me daréis gracia para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe.

 ¡Amén!

 

4 Salves en memoria de las 4 apariciones de la Virgen Morena, la Guadalupana

 

Oración para todos los días

Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como apareciste en el Tepeyac y nos dijiste: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tú eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. ¡Amén!

 

Octavo día

¡Oh, Santísima Virgen de Guadalupe! Qué misteriosa y que acertada estuvo la mano del Artífice Supremo, bordando tu vestido con esa orla de oro finísimo que le sirve de guarnición. Aludió sin duda a aquél finísimo oro de la caridad y amor de Dios con que fueron enriquecidas tus acciones. ¿Y quién duda, Señora, que tu encendida caridad y amor de Dios estan siempre acompañados del amor al prójimo?  ¡Nunca jamás, ni por verte triunfante en la patria celestial, te has olvidado de nosotros! Abre el seno de tu pieda a quien tan miserable es; dale la mano a quien caído te invoca para levantarse. Por tu compasión y misericordia, concédeme la gloria de encontrarte a pesar de mi miserable vida.

¡Amén!

 

Madre generosa, te presento suplicante mi petición de ayuda.

Encomendar nuestros proyectos, nuestros temores y nuestras esperanzas a la Virgen Morena, Nuestra Señora de Guadalupe.

 

Padre Nuestro

Ave María

Gloria

 

Los milagros de la Virgen de Guadalupe. 

El primer milagro es el que le ocurrió a Juan Bernardino, el tío de Juan Diego, pues la Virgen Morena se le apareció al mismo tiempo que se le aparecía a Juan Diego; sanándole, incluso cuando ya se consideraba que estaba en sus últimas horas de vida terrenal. Fue también en el momento que indico que deseaba que la llamaran: Virgen Santa María de Guadalupe.

El segundo milagro, en 1531 es cuando ya estando construída la Ermita del Tepeyac, se trasladaba la imagén en medio de una procesión; alguien disparo una flecha que quedo clavada en la garganta de uno de los participantes de la procesión. Al hombre desfallecido lo llevaron ante la imagen de la Guadalupana y le sacaron la flecha; milagrosamente recupero la vida y sus heridas sanaron.

 

En 1554 una epidemia había matado a más de 12.000 personas, sucedió el tercer milagro después de una procesión al Santuario de Guadalupe para pedir la ayuda celestial, en pocos días la epidemia cesó de causar tantos daños y desapareció totalmente.


En 1555, una joven invocó a la Virgen de Guadalupe cuando su caballo desbocado la llevaba sin freno hacia la cumbre del Tepeyac. Ante la aparición el caballo se calmo y se inclinó ante la Virgen.


En 1633, se realizaron otras procesiones para pedir la erradicación de la epidemia de la tosferina "chichimeca".


En 1695, después de rezar la Novena a la Virgen de Guadalupe se acabó la peste llamada de "tabardillo" en la que murieron muchas personas.


Muchas calamidades azotaron a la ciudad de México en 1736, entre las cuales se recuerdan un gran temblor; varios huracanes; y la fiebre tifoidea que mató a más de 40.000 personas. A pesar de realizar Novenas en honor de la Guadalupana, la epidemia no dió tregua y siguió afectando a la población. Entonces el 23 de mayo de 1737 se nombró Nuestra Señora de Guadalupe como Patrona de la nación mexicana. A partir de ese mismo día, no se volvió a reportar ningún difunto.


El barco "El Gavilán" naufragó en 1751 a causa de una gran tormenta. Los pocos marineros que lograron quedar a flote invocaron a la Guadalupana. Todos ellos dieron testmonio de haberla visto aparecer en el horizonte al mismo tiempo que el mar se calmo. En señal de agradecimiento ellos llevaron desde las costas de Veracruz hasta la Capilla del Pocito, (pequeño templo ubicado en la zona oriente del Tepeyac cerca a donde se le apareció  la Virgen a Juan Diego) el mástil con el que se salvaron. Sin embargo, hoy en día, el mástil no existe pues en 1916 fue destruído por un fuerte viento.


La imagen de la Virgen Morena no se destruyó al caerle gotas de ácido cítrico, cuando en 1791 se limpiaba el marco de plata que la recubría.


En 1850 la ciudad de México fue protegida de la peste del cólera después de una procesión en su honor.


En 1921, la imagen no se destruyo a pesar de que una bomba escondida entre las flores de ofrendas estalló. Los daños causados afectaron a piezas de mármol, crucifijos de metal e incluso casas vecinas. 


Recientemente, una famosa mexicana dice que recupero su salud después de haber quedado postrada en una silla de ruedas como consecuencia de haberse caído de un elefante, en el 2011.


Asímismo, hasta hoy son innumerables los milagros atribuídos al amor y misericorida de Nuestra Virgen de Guadalupe. El Santuario de Gudalupe es uno de los más visitados en el mundo, más de 10 millones de peregrinos se dirigen a la Villa, para encontrar consuelo y gracias a doquier de manos de la Virgen del Tepeyac.


 

 

Oración Final

Recuerda. ¡Oh, dulce Virgen de Guadalupe!, que en tus apariciones en el cerro del Tepeyac prometiste mostrar piedad y compasión a todos aquellos que, amandote y confiando en Tí, buscan tu ayuda y protección.

María, Madre de Jesús, escucha la oración de tu Iglesia hispana, un pueblo prometedor, comunidades sedientas de la Misericordia de Dios. Así como trajiste la fe por primera vez a estas tierras, y te has quedado con nosotros a través de tu admirable imagen, permanece con nosotros hasta la alegría de la Redención, y permitenos obtener las gracias que necesitamos. ¡Amén!

 

 

 

Oración de la comunidad

La Guadalupana

Desde el cielo una hermosa mañana la Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana bajó al Tepeyac. Suplicante juntaba sus manos, y eran mexicanos y eran latinoamericanos, y eran hispanos su porte y su faz. Su llegada llenó de alegría, de luz y armonía, de luz y armonía, de luz y armonía todo el Anahuac. Junto al monte pasaba Juan Diego, y acercóse luego, y acercóse luego, y acercóse luego al oír cantar, Juan Dieguito, la Virgen le dijo: “este cerro elijo, este cerro elijo, este cerro elijo para hacer mi altar”. Y en la tilma entre rosas pintada, su imagen amada, su imagen amada, su imagen amada se dignó dejar. Desde entonces para el católico, ser guadalupano, ser guadalupano, ser guadalupano es algo esencial. En sus penas se postra rezando, y eleva sus ojos, y eleva sus ojos, y ¡eleva sus ojos hacia el Tepeyac!

¡Gracias! 94 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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