Día 3: triduo a Santa Cecilia

Conozcamos un poco la vida de Santa Cecilia

Después de que los tres Santos, Valeriano, Tiburcio y Máximo fueron sepultados por Santa Cecilia, llegó la exaltación de la primera causante de todo este hecho, pues Dios no podría haber dejado sin recompensar con la Palma del Martiro a aquella por la que tantos se habían convertido, como premio de su Fe y de su voto de virginidad a Nuestro Señor. La noble y santa virgen romana fue entonces, buscada y arrestada por no querer apostatar, convirtiendo con sus palabras y su fortaleza hasta a los que la inducían a ofrecer sacrificios a otros dioses.
El Papa San Urbano I fue a visitarla en su casa y bautizó ahí a 400 personas, entre las cuales se contaba a Gordiano, un patricio, quien estableció en casa de la Santa una iglesia que el Papa consagró más tarde a ella misma. Durante el juicio, el prefecto Almaquio discutió detenidamente con Santa Cecilia, pero su actitud le enfureció, ya que, ésta se reía de él en su cara y le atrapaba con sus propios argumentos. Finalmente, Almaquio la condenó a morir sofocada en el baño romano de su casa. Pero, por más que los guardias pusieron en el horno una cantidad mayor de leña, Santa Cecilia pasó en el baño un día y una noche cantando sin recibir daño alguno. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa sin asfixiarse en el ardiente cuarto. Por eso, el prefecto envió a un soldado a decapitarla allí mismo. El verdugo descargó tres veces la espada sobre su cuello, pero como no pudo separar la cabeza del tronco, huyó de temor, dejando a la virgen tirada en el suelo. Santa Cecilia pasó tres días entre la vida y la muerte, cantando alabanzas a Dios, Nuestro Señor, hecho negado, por muchos autores modernos, queriendo hacerse pasar por más listos y serios que varios Padres, Doctores y otros eclesiásticos durante casi 16 siglos, y por lo que le valió el título de Santa Patrona de la música.
En ese tiempo los Católicos acudieron a visitarla en gran número. La Santa legó su casa al Papa San Urbano y le confió el cuidado de sus servidores. La Santísima Virgen María, entonces, se apareció con algunos de sus ángeles, le aplicó ungüento para aliviarla, le otorgó las Coronas del Martirio y de la Virginidad, y la llevó al Cielo junto a su Esposo Amado, el Cordero Degollado. Su fiesta es el 22 de noviembre, fecha muy probable de su muerte en el año 230 con no más de 50 años de vida, y habiendo dedicado su viaje terrenal en cantar y tocar el órgano para alabar a Dios, además de amar al prójimo espiritual y materialmente por amor al Mismo Dios.
Santa Cecilia fue sepultada por el mismo Papa junto a la cripta pontificia, en la catacumba de San Calixto, donde se sepultaban a los obispos y confesores. Fue declarada como Patrona de la música en 1585 por el Papa Sixto V en la bula Ratione congruit, donde también declaró Santo Patrón del Canto Gregoriano al Papa San Gregorio Magno.


Extracto de las actas de Santa Cecilia:

 "Venit díes in quo thálamus collacatus est, et, canéntibus [cantántibus] órganis, illa [Cecilia virgo] in corde suo soli Domino decantábat [dicens]: Fiat Dómine cor meum et corpus meus inmaculatum et non confundar."  

"Vino el día en que el matrimonio se celebró, y, mientras sonaban los instrumentos musicales, ella (la virgen Cecilia) en su corazón a su único Señor cantaba [diciendo]: Haz, Señor, mi corazón y mi cuerpo inmaculados y no sea yo defraudada."


La Música Sacra: ¿Qué nos dice el Magisterio?

Hállanse en grado sumo estas cualidades (santidad, bondad y universalidad) en el canto gregoriano, que es, por consiguiente, el canto propio de la Iglesia romana, el único que la Iglesia heredó de los antiguos Padres, el que ha custodiado celosamente durante el curso de los siglos en sus códices litúrgicos, el que en algunas partes de la liturgia prescribe exclusivamente, el que estudios recentísimos han restablecido felizmente en su pureza e integridad. Por estos motivos, el canto gregoriano fue tenido siempre como acabado modelo de música religiosa, pudiendo formularse con toda razón esta ley general: una composición religiosa será más sagrada y litúrgica cuanto más se acerque en aire, inspiración y sabor a la melodía gregoriana, y será tanto menos digna del templo cuanto diste más de este modelo soberano.

-San Pío X, Tra le sollecitudini (3), 22 de noviembre de 1903.

Oremos:

Oh Dios, que nos alegras con la solemnidad anual de tu Virgen y Mártir Santa Cecilia: haz que, además de venerarla con nuestro culto, sigamos los ejemplos de su santa vida. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

-Colecta de la Misa de la Fiesta de Santa Cecilia

Bonus: ¡alaba al Señor con esta hermosa alabanza!



Oración de la comunidad

Oración a Santa Cecilia

Oh gloriosa Santa Cecilia, virgen y mártir, ganaste la corona de mártir sin renunciar a tu amor por Jesús, el deleite de tu alma. Nosotros te pedimos que nos ayudes a ser fieles en nuestro amor por Jesús, que, en la comunión de los santos, podamos alabarle con nuestro canto, regocijándonos por la Sangre que Él derramó, la cual nos dio la gracia de realizar su voluntad en la tierra. Amén.

¡Gracias! 37 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Triduo a Santa Cecilia (con textos sobre la Música Sacra)

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