Día 1: triduo a Santa Cecilia

Conozcamos un poco la vida de Santa Cecilia

La referencia histórica más antigua sobre Santa Cecilia se encuentra en el Martyrologium Hieronymianum (siglo IV), donde se menciona su nombre el 11 de agosto, que es la fiesta del Mártir San Tiburcio, hermano del esposo de la Santa.
Hacia el año 480 aparecieron las Actas de Santa Cecilia, según las cuales, había sido una virgen de una familia senatorial romana de los Metelos, que se había convertido al Catolicismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano llamado Valerius («Valeriano», futuro San Valeriano). Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Santa Cecilia dijo a su esposo que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, él debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Entonces, San Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Santa Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la Vía Apia, donde debía encontrarse con el Papa San Urbano 

-I (pontificado: 222 - 230).


La Música Sacra: ¿Qué nos dice el Magisterio?

Según la tradición, el diálogo transcurrió así:

-Santa Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio, si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.

-San Valeriano: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.

-Santa Cecilia: Si crees en el Dios Vivo y Verdadero y recibes el Agua del Bautismo, verás al ángel.


San Valeriano obedeció y fue al encuentro del Papa San Urbano, quien lo bautizó y regresó con Santa Cecilia. 


La música sagrada debe tener en grado eminente las cualidades propias de la liturgia, conviene a saber: la santidad y la bondad de las formas, de donde nace espontáneo otro carácter suyo: la universalidad.

-San Pío X, Tra le sollecitudini (2), 22 de noviembre de 1903.


Oremos:

Gloriosa Virgen y Mártir Santa Cecilia, modelo de esposa fidelísima de Jesús, vedme aquí postrado humildemente ante vuestras plantas. Soy un pobre pecador que vengo a implorar vuestra poderosa intercesión ante Jesús a quién tanto amasteis, suplicándote que me consigas un verdadero arrepentimiento de mis pecados, un propósito eficaz de enmienda y una heroica fortaleza para confesar y defender la Fe que he profesado. Alcánzame la gracia de vivir y morir en esta Santa Fe, como también las gracias especiales que necesito para vivir santamente en mi estado. Escucha y alcánzame mis súplicas, oh virgen poderosísima, para que merezca gozar un día de la Eterna Bienaventuranza. Así sea.

Oración de la comunidad

Oración a Santa Cecilia

Oh gloriosa Santa Cecilia, virgen y mártir, ganaste la corona de mártir sin renunciar a tu amor por Jesús, el deleite de tu alma. Nosotros te pedimos que nos ayudes a ser fieles en nuestro amor por Jesús, que, en la comunión de los santos, podamos alabarle con nuestro canto, regocijándonos por la Sangre que Él derramó, la cual nos dio la gracia de realizar su voluntad en la tierra. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Triduo a Santa Cecilia (con textos sobre la Música Sacra)

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