Día 1: novena a todos los santos
💭Meditación 1: felicidad eterna
… Para deciros algo de aquella felicidad, me serviré de un episodio que se relata en el primer capítulo del sagrado libro de Ester (1-8): El rey Asuero dio un festín, el más admirable que se pueda ver y oír, pues reunía todas las condiciones requeridas y deseables en un banquete para hacerlo inolvidable. El que lo daba era rey de ciento veintisiete provincias y estuvo presente en él, puesto que una de las principales condiciones del convite es que quien lo ofrece, lo preside, sobre todo tratándose de persona real. Los manjares eran excelentes; los vinos, exquisitos y deliciosos… El ambiente era magnífico; los pilares, de mármol; el suelo, de esmeraldas; las tapicerías, bordadas en seda, hilo, oro y plata, y el techo, de un azul hermosísimo. Había asientos incrustados de oro y plata… Los invitados eran los más grandes príncipes de aquella comarca y la fiesta duró ciento ochenta días con toda magnificencia.
En fin, la Escritura lo cuenta como la cosa más excelente que pueda expresarse. No he encontrado historia ni tema más a propósito para representaros la gloria y la felicidad de los Santos que el banquete del rey Asuero, puesto que esa felicidad no es otra que un festín al cual estamos invitados (Lc 12, 37; 14, 15-16; Ap 19, 9)… Pero, en verdad, cuando comparo el banquete celestial con el de Asuero, me convenzo de que no existe semejanza, pues nada hay que con el Cielo se pueda pregonar… Quien lo da es Dios mismo, que sobrepasa en grandeza y dignidad a todo cuanto es o pueda ser; y esta Persona Real y Divina asiste al banquete; pero lo que es más, Él mismo es el manjar (Jn 1, 29) que alimenta y sacia a los convidados y elegidos por las admirables comunicaciones que hace de sí mismo. Los asistentes y las personas que sirven son los ángeles, lo arcángeles y otros espíritus celestiales, que Dios ha nombrado y destinado para este servicio. Hablar de la hermosura y belleza del lugar del festín es imposible…
-San Francisco de Sales, Sermón para la Fiesta de Todos los Santos, 1617.
🔖Máxima del día:
Comprendí que si todas las flores quisieran ser rosas, la naturaleza perdería su gala primaveral y los campos ya no se verían esmaltados de florecillas... Eso mismo sucede en el mundo de las almas, que es el jardín de Jesús. El ha querido crear grandes Santos, que pueden compararse a los lirios y a las rosas; pero ha creado también otros más pequeños, y éstos han de conformarse con ser margaritas o violetas destinadas a recrear los ojos de Dios cuando mira a Sus pies. La perfección consiste en hacer Su Voluntad, en ser lo que Él quiere que seamos...
-Santa Teresa del Niño Jesús, Historia de un alma, Manuscrito «A», capítulo 1.
🙏Oración:
Terminemos con la oración de la letanía de todos los Santos, haciendo clic en el botón "oro" de color naranja, que se encuentra aquí abajo.⬇️
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6