Durante los próximos cinco días, meditaremos los misterios dolorosos.

Hoy, comenzaremos con el primer misterio. Todos estamos invitados a meditar sobre la contrición de nuestros pecados. El fruto de este misterio doloroso es la contrición, es decir, el arrepentimiento de nuestros pecados.

Benedicto XVI nos explica que, por medio de Jesús, quien "cae al suelo" en el Jardín de los Olivos y ora a su padre, nos muestra:

"una actitud de oración que expresa obediencia a la voluntad del Padre, abandono con confianza En sus manos. Es así como nosotros también estamos llamados a "llevar ante nuestro Dios nuestras dificultades, el sufrimiento de ciertas situaciones, de ciertos días, nuestro compromiso diario de seguirlo, de ser cristianos, y también el mal que vemos en nosotros mismos y en los alrededores. nosotros, para que nos dé esperanza, nos haga sentir su cercanía y nos dé un poco de luz en el camino de la vida."

Hoy, oremos por la contrición de nuestros pecados:

Jesús, muriendo en el Jardín de los Olivos, pon en nosotros la fuerza para superar los abandonos y las desolaciones del corazón, y lamentarnos haber ofendido a Dios. Padre pio

Intención: orar por las víctimas del abuso

Señor, te confió todas las personas que han sido víctimas de abuso sexual,

de abuso de conciencia y de poder por parte de personas de la Iglesia y de otras instituciones.

También te confió su sufrimiento al haber visto estos abusos sin ser atendido o

bien manejados por las personas a cargo, dejando que esas acciones continuaran sobre ellos y sobre otros.  

Ven, posa tu mano sobre ellos, alivia su inmenso dolor y cura sus heridas.

Permite a estas personas reconstruirse y realizarse completamente.

Intercede para que este contacto traumático con la Iglesia

no sea un freno para conocer tu Amor inagotable por cada uno de ellos.  

Pon en sus caminos, te lo ruego, a las personas que los acompañarán y

darán testimonio de la verdadera cara de su Hijo en la Iglesia.

Finalmente, permíteles que un día encuentren fortaleza y la gracia,

para perdonar a aquellos que les causaron mal.  

Con María y con San Miguel te lo pedimos en el nombre de Jesús.

¡Amén!

Oremos

Un Padre Nuestro, 10 Ave María, y las oraciones a María y San Miguel haciendo clic en "Oro" a continuación. Todos los días, una decena. Al final, habremos orado un Rosario completo al final: ¡mantente firme hasta el final!  Todos estamos unidos en esta oración.

Finalmente, comparte esta publicación en las redes sociales: ¡aquellos que no participan en la oración durante todo el mes pueden al menos orar con este texto!