27 Septiembre - Octavo Nudo para Desatar

Oración para todos los días

Santa María Virgen, tú que desatas los nudos, el Señor es contigo y contigo la humildad.

Te ofrezco esta novena pidiéndote que desates los nudos de mi vida: (aquí se reflexiona sobre los favores que se quieren alcanzar).

Madre de Dios, tú, a quien el maligno nunca fue capaz de enredar con ssus confusiones;

tú, la Mediadora, que con toda sencillez y paciencia nos das ejemplo de como desenredar la madeja de nuestras vidas.

Tú, que al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden e iluminas los lazos que nos unen al Señor.

Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de toda confusión y error, Señora Nuestra,

y desata los nudos que entorpecen nuestra vida.

¡Amén!

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

María, tú que desatas los nudos: Ruega por mí.

 

 

Octavo Nudo

Virgen María, Madre de Dios, rica en misericordia, ten piedad de mi y mis seres queridos, tus hijos!  y desata los nudos (reflexionemos sobre lo que hemos aprendido en medio de nuestras pesadumbres) de mi vida. Yo necesito que tú me visites, así como hiciste con tu prima Elizabeth. Condúceme hacia Jesús, llévame al Espíritu Santo. 

Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: Mujer aquí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Aquí tienes a tu madre, Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. - Juan 19: 26-27

Tanto es el amor que Jesús nos tiene, que antes de morir nos dejó a María, su propia madre, para que nos cuidara y nos guiara por el camino que Dios preparo para cada uno de nosotros.

Enséñame el coraje, el gozo, la humildad, y como a Elisabeth lléname del Espíritu Santo. Quiero que tú seas mi Madre, mi Reina, mi Refugio y mi Amiga. 


Te doy mi corazón y todo lo que me pertenece: mi hogar, mi familia, mi trabajo, mis ilusiones, mis dolores, mis alegrías, mis tristezas, mis proyectos, mis bienes interiores y exteriores. Yo te pertenezco a ti para siempre. Deposita tu corazón dentro de mí para que yo haga todo lo que Jesús me dicte para hacer.

 

Padre Nuestro

Diez Ave María

Gloria

 

Oración Final a Maria Desatanudos:

Virgen María, Madre del Bello Amor, Madre que nunca has abandonado tus hijos que imploran tu ayuda.

Madre, cuyas manos trabajan sin tregua por sus tan amados hijos, pues son motivadas por el Amor Divino, y la infinita Misericordia que sale de tu corazón. 

Vuelve hacia mí, tu compasiva mirada. Mira el cúmulo de ”nudos” en mi vida. Conoces mi desesperación y mi dolor. Sabes cuánto me paralizan estos nudos.

María, Dios te ha encomendado la tarea de desatar los “nudos” de la vida de tus hijos, y con esa certeza pongo nuevamente la cinta de mi vida en tus manos. En tus divinas manos no hay “nudo” que no pueda ser desatado.

Madre Omnipotente, con la gracia y Tu poder de intercesión ante tu hijo Jesús, mi salvador, recibe hoy este “nudo” (reflexionar acerca de nuestras pesadumbres) , te pido desatarlo, y desatarlo para siempre por la Gloria de Dios. ¡Espero en ti!

Eres el único consuelo que Dios me ha dado. Eres la fortaleza de mis precarias fuerzas, la riqueza de mis miserias, la liberación de todo lo que me impide permanecer en Cristo. Acoge mi llamada. Presérvame, guíame, protégeme, se mi refugio.

María, tú que desatas los nudos, ruega por mi.

Madre de Jesús y Madre nuestra, María Santísima Madre de Dios; tú sabes que mi vida está plagada de nudos, grandes y pequeños. Me sofoco, me siento aplastado(a), oprimido(a) e impotente para resolver mis dificultades.

Confiío en ti, Virgen de Paz y de Misericordia.  Dame tu Gracia y tu Luz para poder ver en las tinieblas y seguir mi recorrido hacia ti. 

Madre generosa, te presento suplicante mi petición de ayuda.

¡Amén!

Oración de la comunidad

Oración a Nuestra Señora Desatanudos

Santa María, ¡desatadora de nudos! Santa María, llena de la presencia de Dios, durante tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones. Junto a tu Hijo intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas. Al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor. Santa María, ¡Madre de Dios y Madre Nuestra! A tí, que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos, que nos impiden unirnos a Dios, para que estando libres de toda confusión y error, veamos a Dios en todas las cosas, tengamos nuestros corazones puestos en Él y podamos servirle siempre en nuestros hermanos. ¡Amén!

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a la Virgen María, Desatanudos

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