La oración, lugar de encuentro y obra de Dios

La oración es encuentro
 

En segundo lugar, la oración es encuentro. No es el único lugar en el que el cristiano se encuentra con Dios ya que, los sacramentos, son por excelencia el lugar de encuentro con el Señor pero es un espacio privilegiado. La oración no es una cierta interiorización para encontrarnos con nosotros mismo, con nuestro centro, con nuestro yo. Si no hay contacto con Alguien, no hay oración. Por eso es necesario comprender que la oración es encuentro. Y para hacer de la oración encuentro es bueno siempre poner el yo en juego. Podemos pensar que Dios es creador y eso no necesariamente nos lleva a la oración. Sin embargo, podemos pensar: “Dios es mi creador”. Ese cambio de perspectiva nos permite tener ya un encuentro con alguien. En este caso con mi creador. Y así todas las ideas sobre Dios se convierten en encuentro: Dios es mi Padre, Dios es mi salvador, Dios es el amor de mi alma.


La oración es la obra de Dios en nosotros
 

En tercer lugar la oración es la obra de Dios es cada uno de nosotros. Es un espacio para que la gracia de Dios actúe en nosotros con toda su fuerza. A veces nos preguntamos: “¿Dónde acojo la gracia de Dios? ¿Dónde obtengo su fuerza? ¿Dónde recibo su consuelo? ¿Dónde me dejo transformar por Él?”. Y la respuesta es clara: en la oración. En la oración es donde Dios va saciando nuestros deseos, nos va transformando, nos va llenando con su gracia, con su presencia. Dejar que Dios obre en nosotros es lo más importante. Pasamos de una relación de simple comunicación a una relación que tiene un dinamismo de acción sobre nosotros. Pasamos de una idea sobre Dios: “Dios es creador”. De un encuentro con Él: “Dios es mi creador”.

A permitirle actuar: “Dios me está creando”. En ese momento de oración se está realizando lo que nuestra alma tanto desea.

Dios, en ese espacio, nos está salvando, nos está sanando, nos está santificando.

Oración de la comunidad

Oración del programa

Señor Jesús, enséñanos a orar. Dirige nuestra mirada y nuestro corazón al cielo para reconocer la presencia del Padre celestial. Muéstranos el modo de entrar dentro de nosotros para encontrar en el santuario de nuestra alma a Dios que viene a hacerse uno con nosotros. Unidos con Él y en Él en intimidad aprenderemos a vivir desde Él irradiando a nuestros hermanos el mismo amor de Dios. Llena nuestra vida con tu presencia que es fuerza, paz y consuelo. Manda tu Espíritu para que unidos en comunión seamos una sola cosa contigo. Enséñanos a hacer de nuestra vida oración y de nuestra oración vida para así vivir en Dios. Amén

¡Gracias! 130 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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La oración: Vivir en Dios

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