... consideraciones bíblicas sobre el Corazón Inmaculado de María

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Algunas consideraciones bíblicas sobre el corazón inmaculado de María

En la Biblia, el «corazón» no significa «una parte» del hombre, sino que significa el hombre integral, lo «interior» del hombre. El corazón es la parte más profunda del hombre, la sede de su voluntad, de sus pensamientos.


«Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.» Mateo 6: 21


Un texto bíblico nos da valiosos conocimientos a propósito del corazón de María. La profecía de Simeón (Lucas 2: 34-35) le anuncia que su Hijo será «un signo de contradicción» y que Su corazón «será atravesado con una espada». Ahora María está segura de estar divinamente asociada al sufrimiento de Su Hijo en lo más profundo de Su alma.


Todavía Ella no esta consciente de todo lo que implica esta espada, pero entiende esta comunidad de destino entre Ella misma y Su Hijo.

 

Oremos:

Oración de Consagración a la Virgen María

San Luis María Grignion de Montfort

Te elegimos hoy, ¡oh, María!

en presencia de toda la corte celestial 

como nuestra Madre y nuestra Reina.

Te entregamos y consagramos,

con toda sumisión y amor, 

nuestro cuerpo y nuestra alma, 

nuestros bienes interiores y exteriores,

y hasta el valor de nuestras buenas acciones,

pasadas, presentes y futuras,

dejándote completo y pleno derecho 

para disponer de nosotros y

de todo cuanto nos pertenece,

sin excepción, según tu beneplácito,

para la mayor gloria de Dios,

ahora y por la eternidad.

¡Amén!

 

Unidos en oración con el Papa Francisco


Recemos una decena del Rosario por las intenciones del Santo Padre.

Oración de la comunidad

Oración de Consagración a la Virgen Maria de San Luis Maria Grignion de Montfort

Te escojo hoy, ¡Oh, María! en presencia de toda la corte Celestial por mi Madre y Señora, te entrego y consagro con todo amor y entera sumisión, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores y aún el valor de mis buenas acciones: pasadas, presentes y futuras, dejándote en entero y pleno derecho de disponer de mi y de cuanto me pertenece sin excepción según tu amable beneplácito para mayor gloria de Dios en el tiempo y en la eternidad. Madre del Señor acepta mi oblación y preséntala a tu Hijo, si Él me redimió con tu colaboración, ahora debe recibir de tu mano el don total de mi mismo. ¡Amén!

¡Gracias! 364 personas oraron

7 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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