Cuarto día: Vestir a Cristo…
Vestir a Cristo…
Esta vez, Agustín ya no siente vergüenza de querer seguir a Cristo. Se separa de su concubina.
Bajo el pretexto de un dolor de pecho, renuncia a su cargo oficial de orador. Renuncia por completo a las ambiciones humanas.
La “feria del parloteo”no le llegará más.
Agustín, su madre y sus amigos deciden entonces retirarse por un tiempo. El año universitario ha terminado. Tienen tiempo libre para dedicarse a “ocios sanos”, reanudando así la antigua tradición de la búsqueda en común de la sabiduría.
Con ese motivo un amigo rico les presta su mansión en el campo, en Cassiciacum, al sur del Lago de Como.
Allá debaten de numerosos temas filosóficos. Se dedican a la meditación, a la oración. Pero sobre todo, leen libros de la Escritura para prepararse para el bautismo.
En marzo del 387, Agustín y sus amigos vuelven a Milano.
Se registran en la lista de los candidatos al bautismo. La catequesis de Ambrosio fortalece su fe. Reciben de él el Símbolo de los Apóstoles, lo aprenden de memoria y lo recitan.
Por fin, el día tan esperado llega
Durante la noche del domingo de Pascua, el 24-25 de abril de 387, Agustín, su hijo Adeodato y su amigo Alipius recorren lentamente el pasillo de la catedral después de ayunar y rezar.
Son sumergidos en la piscina bautismal para que desaparezca su pecado. El obispo les lava los pies.
Fortalecidos por el aceite de la unción y vestido de su túnica blanca, pueden recibir la comunión por primera vez. Agustín resume con pocas palabras: « Acabamos de ser bautizados y lejos de nosotros ya se ha ido la inquietud de nuestra vida anterior. » (Confesiones IX, 6)
Continuará…
Oración por los catecúmenos y los recién bautizados
« Como en la época de Agustín, hombres y mujeres de todas edades van descubriendo a Cristo y piden el bautismo.
Señor nuestro Dios, te damos gracias por esas conversiones que nos recuerdan que tu Espíritu sigue en marcha.
Dales de encontrarse con cristianos felices y acogedores que saben dejarse transformar y que les ayuda en conocerte mejor.
Por Jesus, el Cristo, nuestro Señor. »
¡Gracias! 60 personas oraron
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6