TU PALABRA
Como al alba del primer día tu palabra,
¡Oh Dios! creó el universo.
De ese mismo movimiento de gloria y
de ternura fui creado.
Tu has querido colocarme en el hueco de tu
palabra como en el hueco de tus manos
¡Soy feliz!
Sí, tu amor me ha modelado de carne,
de sangre, de Espíritu para meditar tu Palabra.
Poco a poco tu palabra
ha configurado mi corazón.
A veces como fuego devorador.
A veces como brisa suave.
A veces como silencio.
Y otras como un canto.
La he dejado ir y venir
libremente en todos
mis espacios interiores.
En todos los caminos de mi vida.
Sí, mi misión lo grito:
¡es guardar tu Palabra!
No permitas que mi
corazón se olvide de ello.
He querido vivirla
Bendecirla en todos mis instantes
Sin comprender, a veces, todo su sentido.
Pero en la fe puera, en la confianza absoluta
De que tu Palabra sólo podía conducirme a ti.
He guardado tu palabra
La he mecido, saboreado, cantado,
escrutado, orado
Y tu palabra ha sido luz en mi camino.
Si, Señor, tu palabra es para mi
esperanza cuando despunta el primer rayo de sol,
amor ardiente cuando
está el sol en lo más alto del cielo,
consuelo y paz en las horas de la noche.
Tu Palabra ha hecho todo en mi.
En tu misericordia, me has colmado de tu Palabra
(Marie Jean Théphane p.m.)