Saber el perdón
Antes de comenzar tu retiro, respira profundamente y sé consciente de la presencia amorosa de Dios.
Primero, lee: Santo Evangelio según San Marcos 11,25.
Cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, y el Padre del cielo perdonará sus culpas.
Ahora, reflexionemos brevemente sobre lo que hemos leído:
Todos somos humanos. Cada uno de nosotros es culpable de decir palabras desacertadas, de tener arranques de ira, de actuar sin pensar, de mostrarnos egoístas y de pecar. Causamos dolor a los demás y a su vez ellos nos lo causan. Cuando no lo resolvemos, estas cosas se convierten en agravios, rencores y resentimiento en el espíritu. Cuando no somos capaces de perdonar nuestros corazones se endurecen y se cierran a la experiencia del amor, ya sea el de Dios o el de los demás. Rezar es abrirnos más a la relación con Dios. Una buena relación con Dios nos ayuda a perdonar y a ser perdonados.
La lectura anterior, nos invita a cuestionarnos:
- ¿Contra quién siento rencor o resentimiento?
- ¿Quién necesito que me perdone? ¿Cómo lo pediré?
Para finalizar, habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras:
Rezo con las palabras del salmista: Dame un corazón limpio; renueva en mí un espíritu firme. Amén🙏🏻
¡Gracias! 25 personas oraron
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6