3 meses con San José

Por: Ana Lilia Lira

Fuente: 3 meses con San José: En oración por mi familia de Luis Erlin, CMF

Queridos hermanos en Cristo, en el Día 33, San José nos cuenta de los amigos que hicieron en la adversidad.

Cómo practicar los tres meses de oración diariamente:

Empezar cada día con la señal de la cruz

Pedir iluminación al Espíritu Santo con una oración espontánea

Leer la reflexión del día

Rezar diariamente la “Oración a San José por mi familia”

Oración a San José por mi familia

Dios Padre, que por obra del Espíritu Santo fecundaste el seno virginal de María, y elegiste a San José para que fuera el padre adoptivo de Jesús y el custodio de la Sagrada Familia, yo te alabo por tu amor incondicional: a mí, a mi familia y a toda la humanidad. Señor, tuya es la providencia que todo rige; yo creo que mi vida y la de todos mis familiares está en tus manos, cúmplase en nosotros, siguiendo tu voluntad. Dios Padre, te pido que San José sea el protector de mi familia, y por su intercesión, ningún mal eche raíces en nuestro hogar; que él lo observe y vele por nuestras necesidades y que nunca nos falte diario sustento; que el espíritu de división jamás habite en medio de nosotros; que en nuestra casa reine la armonía, la concordia y el respeto y que podamos aprender esas virtudes de José, María y Jesús. Ahora tengo presente a los miembros de mi familia (di sus nombres) y los pongo en el Casto Corazón de San José; para que seamos bendecidos en este momento, durante toda nuestra vida y en la hora de nuestra muerte. Yo confío, amo y espero, así como tu siervo San José. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, tres “Dios te salve, María” y un “Gloria al Padre…

Después de tres años y ocho meses viviendo exiliados en Egipto, recibí nuevamente al ángel del Señor en un sueño, donde nos avisaba que regresáramos a nuestra tierra. El ángel dijo así: “Levántate, toma al niño y a su madre y vuelve a la tierra de Israel: porque ya murieron los que querían quitarle la vida al niño”. Entonces le conté a María y le revelé el anuncio que recibí. Lloramos de alegría y alabamos a Dios; Jesús también reaccionó y nos abrazó sin decir nada. Inmediatamente comenzamos a juntar nuestras pocas pertenencias. No pudimos dormir de tanta alegría en nuestros corazones, por esa razón salimos muy temprano, de regreso a nuestra casa de Nazaret, la que Jesús aún no conocía. El burro, Humilde, también se había dado cuenta, entonces lo abracé y le dije que necesitaríamos mucho de él, porque el viaje sería largo. Él simplemente bajó sus orejas y parecía estar contento de saber la felicidad que vivíamos.

No hay mal que dure cien años; por lo tanto, a la hora de los infortunios acuérdate: si tu vida pasa por dificultades, ¡la dificultad no es tu vida!

No temas, pues estoy contigo, no desmayes, pues yo soy tu Dios; yo te daré fuerzas, yo te ayudaré (Isaías 41, 10).

Día 33

Como estábamos al sur de todas las localidades por donde pasamos y necesitábamos ir al norte, decidimos pasar por algunos lugares estratégicos y despedirnos de los amigos que hicimos por esas tierras, y así lo hicimos. No nos quedábamos mucho tiempo, excepto en los lugares donde descansar y dormir. Por lo general los amigos que hacemos en las adversidades de la vida son los que nos marcan para toda nuestra vida. Eran despedidas muy tristes, pues sabíamos que sería difícil que nos encontráramos nuevamente, pero las amistades verdaderas son así: llevamos a otros en el corazón, aunque estén lejos de nuestros ojos. Como siempre, Jesús encantaba a todos, sonriendo con ternura, y era curioso ver cómo las personas parecían saber que nuestro niño era tan especial a los ojos de Dios. Conforme íbamos pasando para despedirnos, nuestros amigos nos abastecían de alimentos para el viaje.

Nunca dejes morir una amistad sincera. Si en este momento te acuerdas de alguien especial que está lejos y hace tiempo que no se ven, envíale un mensaje…

Oremos por los amigos que viven lejos de nosotros y demos gracias a Dios por habernos presentado a estos amigos.

El Señor los colme de bendiciones y la Santísima Virgen y el glorioso San José los acompañen.

Oración de la comunidad

Ave María

Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gracias! 24 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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