Un encuentro personal
Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
Primero, lee: Hechos de los Apóstoles 9,18-19.
Al instante se le cayeron de los ojos como unas escamas, recobró la vista, se levantó, se bautizó, comió y recobró las fuerzas.
Ahora, reflexionemos brevemente sobre lo que hemos leído:
El encuentro personal de Pablo con Jesucristo fue un acontecimiento que cambió su vida. Atendido por Ananías y lleno del Espíritu Santo, fue transformado para siempre. Los sacramentos son nuestros encuentros personales con Cristo. En el Bautismo morimos con Cristo y resurgimos de las aguas de vida, sellados con el Espíritu Santo, para vivir nuestra vida en Cristo Jesús. Invitados a una relación personal con Jesucristo, ¿cómo podemos responder con fervor y entusiasmo, como lo hizo Pablo?
La lectura anterior, nos invita a cuestionarnos:
- ¿Cómo es que mis encuentros con Cristo en los sacramentos han cambiado mi vida y mis relaciones con otros?
- ¿Cómo podría alguien, al observar mis acciones, saber que soy un seguidor de Cristo?
Para finalizar, reza a Jesús la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras:
Jesús, Salvador del mundo. Tú llamas a cada uno de nosotros a conocerte. Abre mi corazón para que pueda ser consciente de tu presencia en mi vida y estar lleno de fervor por tú misión. Amén 🙏
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6