Morir en la gracia de Dios

Los dos momentos más importantes en la vida son: ahora y la hora de la muerte. – Santa Catalina de Siena

Cuando recitas "Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores", la Santísima Madre viene instantáneamente a tu lado para orar contigo, y ella no viene sola, ya que ella es la Reina de los Ángeles, los coros de ángeles la acompañan. Pero además, Ella y Jesús están unidos en el corazón y no pueden separarse, así que Ella trae a Jesús, y Jesús no puede ser separado de la Trinidad, por lo que Él trae al Padre y al Espíritu Santo con Él"

Treceava Promesa

13 - Para los devotos del Santo Rosario, he obtenido de Mi Divino Hijo, la intercesión de toda la Corte Celestial durante la vida y en la hora de la muerte.

“... ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte...” Recordemos que la hora de la muerte es la hora más decisiva y difícil de todas. En ella quedará fijo nuestro destino para la eternidad; si morimos en la gracia de Dios, seremos felices para siempre, pero si no, el demonio triunfará sobre nosotros y no podremos compartir la Gloria Eterna.

Si se dejan conducir por Mi, con docilidad, sentirán siempre junto Uds. la ayuda preciosa "que les dan los Ángeles del Señor, los Bienaventurados y los Santos del Paraíso y todas las almas que aún se purifican en el Purgatorio. – Santísima Virgen María al Padre Gobbi, Oct. 07, 1986

Catorceava Promesa

14 - Todos los que rezan el Santo Rosario son hijos Míos, y hermanos de Mi único Hijo, Jesucristo.

La oración del Rosario no nos aleja de las preocupaciones de la vida; por el contrario, nos pide encarnarnos en la historia de todos los días para saber reconocer en medio de nosotros los signos de la presencia de Cristo. Cada vez que contemplamos un momento, un misterio de la vida de Cristo, estamos invitados a comprender de qué modo Dios entra en nuestra vida, para luego acogerlo y seguirlo. – Papa Francisco, Oct. 08, 2016

Testimonio

Durante su agonía,  San Andrés Avelino tuvo que luchar contra miles de demonios que lo acechaban en su lecho de muerte. Los religiosos que lo acompañaban, veían su rostro transfigurarse hasta quedar lívido, todo su cuerpo temblaba, sus dientes carraqueaban ... Todos imploraban con sus plegarias no solo por San Andrés Avelino sino por ellos también, pues viendo morir a un santo de tal manera y batirse en tal combate no dejaba ni gota de esperanza en la salvación eterna.

Sin embargo, el moribundo muchas veces lograba mirar hacia una imagen de la Virgen, pidiéndole auxilio y recordándole las muchas veces que había dicho en vida que María Santísima sería su refugio en la hora de la muerte.

Cuando el combate terminó, se le otorgó a San Andrés Avelino la más gloriosa victoria. Su rostro recobró su serenidad; lo vieron permanecer tranquilo, con la mirada fija en la imagen, para inclinarse luego en señal de reconocimiento y expirar dulcemente en brazos de la Santísima Virgen, a quien tanto había invocado en vida y quien le proveyó su protección en aquel momento culminante.

El Rosario familiar es una poderosa oración que trae alegría, paz y unidad a los hogares con problemas. – Padre Payton

Acción de Gracias

Recemos devotamente el Santo Rosario en Acción de Gracias a Dios, por su intercesión y preparación para alcanzar la gracia del buen morir. Morir en la gracia de Dios es la cumbre de todas las gracias, es alcanzar la meta, es el abrazo eterno del Padre.

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Predestinación a la Salvación

La verdadera devoción a la Vírgen María se considera como una señal cierta de predestinación.

Es constante entre los fieles la opinión, comprobada con larga experiencia, de que no perecerán eternamente los que tengan a la mismísima Virgen por Patrona. – Papa Benedicto XV, 1918, Carta Apostolica Inter soladicia

La certeza de la salvación eterna es una seguridad de tipo moral, es decir, fortalece la Esperanza teologal. Se deriva, de una parte, de la estrecha vinculación de María con su Hijo y, de otra, del amor materno de María hacia sus hijos, que le impulsa a concederles las gracias necesarias para su salvación y, en concreto, la gracia de la perseverancia final en el bien.

Quinceava Promesa

15 - La devoción al Santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la Gloria.

La unión con Dios en el Cielo es nuestra meta; por ello con nuestra fe aceptamos, como venido de las manos de Dios las penas y las alegrías, las cosas que nos hacen sufrir y las que nos suponen dicha y, aun la muerte misma. Sin embargo, en ese camino, áspero y arduo a veces, terso y lleno de dulzura otros, tenemos un lindo atajo: María.

Es más fácil llegar a Dios a través de su Madre.

Pocas devociones son tan gratas a María como el Santo Rosario; innumerables son las gracias que han recibido los fieles a través de esta oración, ya sea recitada en grupo o individualmente. Además, el Santo Rosario está favorecido con indulgencias: parcial, si se reza privadamente o plenaria si se hace en familia.

Debemos promover el rezo del Santo Rosario en familia pues, bien sabemos que ⁄familia que reza unida permacene unida!

Testimonio

Alfonso, rey de León y Galicia, llevaba constantemente un gran Rosario en su cinturón para inspirar a otros a rezarlo y honrar a la Santísima Madre, aunque él mismo no lo rezaba. Un día, después de que se enfermó tanto que se creyó que no viviría mucho más, tuvo una visión. Estaba siendo juzgado y estaba a punto de ser arrojado al infierno, cuando la Santísima Madre intercedió por él. 

La Virgen María pidió una balanza y puso sus pecados en una de las balanzas, mientras que ella puso el Rosario que él siempre había usado en la otra balanza, junto con todos los Rosarios que se había recitado por su ejemplo. Se encontró que los Rosarios pesaban más que sus pecados. Mirándolo con gran bondad, Nuestra Señora le dijo: “Como recompensa por este pequeño honor que me hiciste al llevar mi Rosario, he obtenido una gracia de Jesús, para ti. Tú no morirás todavía, vivirás por unos años más. Procura pasar estos años sabiamente y haz penitencia.”

Cuando el Rey recobró la conciencia gritó: "¡Bendito sea el Rosario de la Santísima Virgen María, por el cual he sido liberado de la condenación eterna!"

Después de que el rey Alfonso recuperó su salud, pasó el resto de su vida difundiendo la devoción al Santo Rosario y lo rezó fielmente todos los días.”

Acción de Gracias

Recemos devotamente el Santo Rosario en Acción de Gracias a Dios, por el Santo Rosario, un regalo de Nuestra Madre María como una manera poderosa de santificación y prueba de la gran Misericordia de Dios, a través de la cual, obtenemos innumerables Gracias Celestiales.