Palabraquedavida Espiritualidad Franciscana

Meditaciones Bíblicas Católicas, Espiritualidad Franciscana

0 comparte

Dice san Francisco:

Por lo tanto, hermanos todos, guardémonos mucho de perder o apartar del Señor nuestra mente y corazón so pretexto de alguna merced u obra o ayuda. Mas en la santa caridad que es Dios, ruego a todos los hermanos, tanto los ministros como los otros, que, removido todo impedimento y pospuesta toda preocupación y solicitud, del mejor modo que puedan, hagan servir, amar, honrar y adorar al Señor Dios con corazón limpio y mente pura, que es lo que él busca sobre todas las cosas; y hagámosle siempre allí habitación y morada a aquel que es Señor Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, que dice: «Vigilad, pues, orando en todo tiempo, para que seáis considerados dignos de huir de todos los males que han de venir, y de estar en pie ante el Hijo del Hombre». Y cuando estéis de pie para orar, decid: «Padre nuestro, que estás en el cielo». Y adorémosle con puro corazón, «porque es preciso orar siempre y no desfallecer»; «pues el Padre busca tales adoradores». «Dios es espíritu, y los que lo adoran es preciso que lo adoren en espíritu y verdad» (1 R 22,25-31).

¿En concreto? 

🙏🏻 Cada lunes recibirás un pasaje Bíblico preferiblemente tomado del Evangelio relacionado con un tema de la Fe Católica.

🙏🏻 Meditaremos el tema acompañado de un texto de Espiritualidad Franciscana de acuerdo con el tema o relacionado con los escritos y Vida de San Francisco de Asís y su aplicación en la actualidad.

🙏🏻 Un típ Para reflexionar o poner en práctica durante la semana. 

Oración de la comunidad

Oración de San Francisco de Asís

«Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, danos a nosotros, miserables, hacer por ti mismo lo que sabemos que tú quieres, y siempre querer lo que te place, para que, interiormente purificados, interiormente iluminados y abrasados por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y por sola tu gracia llegar a ti, Altísimo, que, en Trinidad perfecta y en simple Unidad, vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amén» (CtaO 50-52).