Novena a la Inmaculada Concepción: 9 estrellas para celebrar

Descubre las 9 estrellas que te guiarán en la preparación para la fiesta de la Inmaculada Concepción.

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¿Por qué rezar a la Inmmaculada concepción?

¡La Inmaculada Concepción de María es un dogma de fe que afirma que la Virgen fue concebida sin pecado, al haber recibio una gracia especial de Dios.

Este dogma fue establecido por el Papa Pío IX en 1854, y constituye un misterio tan grande, que necesitamos dedicar un tiempo particular para poder contemplarlo.

Objetivo de la novena.

  • Preparar tu corazón para celebrar la primera fiesta dedicada a la Virgen María, en el año litúrgico.

Si te unes, cada día recibirás:

Una estrella cada día, con su nombre y significado. 

📜El texto bíblico del Magnificat que acompañará tu camino. 

🙏🏻Una oración a la Inmaculada Concepción que te ayudará a vivir mejor este misterio 

🌱Una propuesta práctica para cada día

🎧 Un canto a la Virgen para cada día

Programa de las meditaciones:

Día 1: Carina, la muy amada
Día 2: Meissa, la estrella brillante
Día 3: Tania, la bella princesa
Día 4: Ara, el altar
Día 5: Sabik, la que precede
Día 6: Nashira, la afortunada
Día 7: Miranda, digna de ser admirada
Día 8: Mira, asombrosa
Día 9: Eirene, la que trae paz

¿Qué nos dice la Iglesia al respecto?

Profundizando el mensaje dado por el  Papa Francisco en noviembre 2014: 

“el mensaje de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se puede resumir con estas palabras: “Todo es gracia, todo es don gratuito de Dios y de su amor por nosotros”


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Oración de la novena

¡Mira a la Estrella, invoca a María!

"¡Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y de las tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta Estrella, invoca a María!. Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella, llama a María. Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a María. Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a la vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima del suelo de la tristeza, en los abismos de la desesperación, piensa en María. En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud. No te extraviarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiende su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si Ella te ampara". San Bernardo