¡Oremos para que los padres imiten a San José!

Del 9 al 17 de junio, día del padre, hijos, nietos, tíos, todos a festejar esta bella ocasión: ¡orando para que nuestros padres se inspiren de las virtudes de San José!

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Cada padre ha recibido del Señor la misión particular de acoger y educar en la fe a cada uno de los hijos que Dios le concede.

¡Qué señal de confianza! ¡Qué proyecto de amor! Pero también, qué responsabilidad. Al acercarse el día del Padre, te propongo orar como San José, el príncipe de los padres, siguiendo cada una de sus grandes virtudes: justicia, castidad, prudencia, valor, obediencia, fidelidad, paciencia.

La Tradición nos da a contemplar la figura de San José, quien tuvo el inmenso privilegio de ser el padre de Nuestro Señor Jesucristo. Los padres necesitan realmente un modelo que será a la vez guía espiritual pero también punto de referencia en la vida cotidiana para cumplir con su misión con éxito, y así, superar con esperanza las pruebas que puedan llegar en la vida de sus hijos (rechazo afectivo, fracaso escolar, enfermedad, muerte...).

Cada día de nuestra Novena,

Meditáremos sobre una de las virtudes atribuidas a San José. Para ello, te propondré un texto, una imagen o un vídeo que evoque una de esas virtudes. A tí te tocará dar testimonio a partir de esa ilustración como padre, como hijo o hija, como conocido o conocida de un padre que te ha causado emoción o impactado positivamente...

Al final de nuestra Novena, te propondré una oración particular para el día del Padre.

He aquí el programa de nuestra Novena para imitar las virtudes de San José:

Día 1 (Junio 09) : la justicia

Día 2 (Junio 10) : la castidad

Día 3 (Junio 11) : la prudencia

Día 4 (Junio 12) : el valor

Día 5 (Junio 13) : la obediencia

Día 6 (Junio 14) : la fidelidad

Día 7 (Junio 15) : la paciencia

Día 8 (Junio 16) : la humildad

Día 9 (Junio 17) :  ¡felicidades a nuestros padres!

Oración de la novena

¡Salutation!

Dios te salve José Dios te salve José, que la gracia divina ha colmado. El Salvador ha descansado en tus brazos y crecido bajo tus ojos. Bendito tú eres entre todos los hombres y bendito es Jesús, el divino hijo de tu virginal esposa. San José, dado por padre al Hijo de Dios, reza por nosotros en nuestros problemas de familia, de salud y de trabajo hasta nuestros últimos días y socórrenos a la hora de nuestra muerte. ¡Amén!